Dice un principio básico de la teoría de las telecomunicaciones que debe haber en la transmisión del mensaje más repetición que variabilidad. Esto es, más repetición que ruido. Después de la segunda Guerra Mundial, cuando estaban intentando desarrollar comunicaciones inalámbricas, los yanquis se dieron cuenta de que evitar totalmente la interferencia era imposible, pero que el mensaje llegaba con cierta claridad, o con claridad suficiente, solo si era repetido, si el código era repetido al ser transmitido.[1] Así llegamos al día de hoy con las bandas gsm de 1900 mhz. Estos miles de millones de ciclos (eso son los megahertzios), repiten miles de millones de veces cada fragmento de información radial (sonora, visual o del tipo que fuere).Así, lo que vemos es que un sistema funciona aunque no cierre, o, si llamamos «cerrar» al funcionar, el sistema cierra siendo abierto. O mejor, camina bien siendo imperfecto. Funciona fallando. Una «falla», aquí, en un sistema abierto, no es sinónimo de algo que no puede funcionar, ni de un hueco por donde se cuelan elementos extraños al sistema, sino que es una condición con la que trabajan los sistemas abiertos. No es necesario (ni posible) solucionar las fallas; las fallas se ‘resuelven’[2] si redundamos suficientemente.Extraigo consecuencias sociológicas más generales.
- Pareciera que tenemos que aprender eso de las telecomunicaciones, y dejar de suponer que los sistemas son de comunicación, es decir, dejar de suponer que son de acople entre emisor y receptor, que son sistemas acoplantes. La comunicación no es la matriz de las telecomunicaciones.
- Pareciera que la repetición no es condición de la reproducción del sistema sino de su misma producción y de su mismo funcionamiento. En la fluidez, llamada también «era de las telecomunicaciones», no hay sistema sin repetición, no hay sistema sin redundancia, sin replicación. No es que se ponen los elementos, se ponen las reglas de funcionamiento y luego hay que reproducir elementos y reglas de funcionamiento, sino que hay que repetir elementos y reglas, hay que repetir funcionamientos para que se repitan elementos y reglas. Lo que se pone inicialmente, aparte de elementos y reglas de funcionamiento, es repetición de las reglas de funcionamiento. La repetición es condición ontológica, condición primera de la existencia de un sistema y no efecto posterior de su funcionamiento o condición previa de su reproducción.
Las redundancias, por cómo funciona la informática, internet, las telecomunicaciones, son ineliminables -y necesarias. Fíjense que una señal de celular tiene cientos de megahertz: se repite cientos de millones de veces. Fíjense también que en la pc uno puede hacer la misma cosa entrando por cinco caminos distintos (menú, mouse, teclado, menú contextual del programa, menú contextual del archivo, etc.). En internet, ni todos los caminos conducen a Roma, ni hay una Roma de la que salgan todos los caminos; a la vez, cuantos más linkeos, más visitas. Fíjense en el megasitio de Clarín: uno puede ver igual noticia desde «edición impresa», «último momento», «noticias más vistas», «noticias más leídas», «noticias más comentadas», desde un buscador interno, desde Google, desde otro sitio, desde «ediciones anteriores», etc.
- Se trate del campo que sea, el mundo actual (tanto el «virtual» como el «real») es más una red que una pirámide o un organigrama. De hecho, los analistas de «organizaciones», prefieren hablar de las empresas e instituciones más como «organismos vivos» mudables que como «estructuras» con sectores, partes y funciones.
[1] Agradezco a Denise Najmanovich que nos haya contado el principio.[2] El verbo adecuado, más que ‘superar’, sería el inglés override, que significa tanto «anular» como «hacer caso omiso de».