[viene de la conferencia «Instituciones sólidas, instituciones fluidas y más-allás«]
-Te quería preguntar, por ejemplo, porque pareciera como que vos estás describiendo también un poco de la fluidez actual de las instituciones y en el sentido de que ya no hay cosas fijas, como que se flexibilizaron, a lo mejor, formas de organización; como que por un lado tiene algunas cosas buenas la fluidez en el tema de alojar lo más diverso pero como que hay una dificultad de crear común. Pero ahora mi pregunta es, ¿por qué tendríamos que crear común? O ¿por qué en esos más allá, que son intentos de crear común, de crear algo de pertenencia o de red, por qué tendríamos que hacerlo? ¿Por qué habría esa necesidad? Lo pregunto y se lo pregunto a todos. Hoy la tendencia es a transitar más fluido y la fluidez trae esta fragmentación, ¿por qué habría una necesidad de recrear lo común?
Es para charlarlo, ¿no?
-Para mí una de las cosas que pasa es un poco ese fenómeno que se da en las redes: cada grupo empieza a parecerse más a sí mismo, a sólo relacionarse con semejantes y a no poder tener disposición a comprender, a registrar, a respetar las diferencias. Y me parece que eso va sumando a una sociedad que está como poco dispuesta a poder compartir, convivir con la diferencia, digamos. Me parece que suma a posiciones que terminan siendo más fascistas.
-(…) en los problemas que también surgen en la escuela, los primeros años incluso, las dificultades de les niñes para compartir, para convivir, para estar juntos. Hay cada vez más conflictividad de distinto tipo, incluso la pérdida del lenguaje yo la veo como una dificultad relacionada. O sea ¿para qué voy a aprender a hablar si no tengo intencionalidad comunicativa? El aislamiento, los dispositivos, los conflictos…a mí me viene por ese lado la necesidad de lo común. De cierta manera lo hacemos para convivir, no sé ya qué verbo usar…querernos, necesitarnos, soportarnos, tolerarnos, que nos pasen cosas…
-Yo hace poco vi la obra de Catalinas que nunca había visto, la de Venimos de muy lejano, y digo, la verdad que uno piensa ahí el tema del patio del conventillo, en relación a cómo eso representa, en relación al encuentro de todas esas colectividades diversas y esas situaciones migratorias diversas y pienso cómo es ahora para quienes migran ahora y tal vez están viviendo dentro de la pieza de un conventillo, conectados a internet, protegiéndose de todo, de múltiples hostilidades.¿Cómo no va a haber enfermedad mental o padecimiento mental? Sumado a eso, “bueno, si yo consigo trabajo es porque vos no lo vas a tener”, ¿no?
-Tal vez sea porque vivimos en otra época, porque dicen que cada época construye la subjetividad para subsistir, digamos, en la forma de organización social. Y bueno, no sé, capaz que nosotros ya somos dinosaurios.
-No, las instituciones de la familia, uno se va para atrás y las familias eran la nona con la familia más los nietos, todos juntos; ahora directamente los matrimonios se separan o uno está en pareja pero no viviendo juntos. ¿No? Como que las cosas se dan cada vez más separadas, hay una tendencia a un aislamiento.
-A un aislamiento, sí. El tema es, porque recién se me vino lo del polideportivo, yo me dije “la recuperación del poli, ¿hubiera sido posible en un uno a uno?”.
-No, imposible.
-Pienso como en varias cosas que me abre esto. Por un lado, “¿por qué lo común?” porque no veo otra posibilidad de construir si no es en espacios colectivos, pero a su vez cuando uno escucha de estos más-allás, de construir lo común… yo creo que acá hay muchas experiencias en este barrio de construcción, hay mucha organización, hay muchos grupos para todo, de hecho, el teatro Catalinas es un ejemplo de un más allá; y digo, después cómo uno puede conectar eso y desde qué lógicas pero por otro lado digo ¿y el relato común? El común gigante como que se perdió, uno se enorgullece de esos comunes locales y pequeños, pero como que no hay grandes relatos colectivos. Ese es un tema que me hace pregunta; como que ya antes había un relato colectivo de lo nacional que era rígido, normativo si querés, pero había un relato.
-También pienso más en las instituciones como la nuestra, que estamos atravesados como por este modelo gerencial de las instituciones que va en favor de esa fragmentación y que lo mismo les pasará a los centros de formación personal, a un montón de instituciones; que es esto, uno se está resistiendo, como que lo que nosotros vemos como “malo” es terminar siendo un policonsultorio cuando esa es la lógica que viene a imponerse. Entonces, vos estás aferrada a tu puertita…
-Porque somos un centro de salud y acción comunitaria (CeSAC).
-Y que ahora lo cambiaron a “atención comunitaria”, no sea cosa que generes una acción comunitaria.
-Hoy comentábamos un caso de una situación que hubo la semana pasada y esta semana de una familia y Caro le decía, claro, cuando la trabajadora social de la guardia le dio la historia clínica de la piba no sabía de la complejidad del grupo familiar. Digo, nosotros teníamos historia clínica familiar y eso es una de las cosas que siempre pedimos que vuelva a reponerse de alguna manera. Porque es cierto, una adolescente de quince años embarazada aparece en la guardia de un hospital, y alguien podría decir “bueno, solo tenés la información que la piba nos pueda dar en ese momento”, que no digo que no esté bien, no para no tener en cuenta la palabra de la piba pero hay todo un marco que tiene que ver con cómo llegó esa piba hasta ahí y cuáles son las estrategias que se pueden hacer de trabajo que tiene que ver con lo familiar. En esta propuesta modernizadora, que está buenísima en un montón de cosas y nos aportó un montón de cosas que las fuimos aprendiendo a valorar, pero la verdad es que eso nos cercenó, como lo de que no es un sujeto revoleado en una galaxia, es una persona con una historia…
-Bueno, porque ahora me llevó a cómo…vos empezaste hablando del hospital y del centro de salud, qué abordaje hacen en una situación similar como pasó en nuestro dispositivoterritorial. A un paciente le sacan el alta, estaba “a punto” según palabras literales del médico, está para darle el alta pero ellos consideran a esa persona que clínicamente tiene el alta, no consideran toda la complejidad de la vida de una persona. De dónde viene, quién le va a sacar comida, dónde se va a curar, si tiene baño o no, o sea nada de nada.
-“Construir lo común”, como decía Valeria, es ir a contracorriente de lo que viene imponiendo el mundo.
-También los usuarios.
-Por eso, el mundo. Porque querer ir a contracorriente es mucho más esfuerzo, es más desgastante. Entonces, ¿hasta dónde te da la soga?, ¿hasta dónde te da el combustible para ir a contracorriente?
-Y las otras instituciones que tienen que acompañar en esa complejidad no están; por ejemplo, la Defensoría.
-Pero por eso digo, porque eso después se materializa en que estés todo el tiempo enfermo, estresadísimo.
-Aparte, termina pasando en algunas instituciones, ponele la Defensoría, encontraste una persona que labura bien y la terminás quemando porque es la única que labura bien, la única que te atiende el teléfono, o sea la terminás quemando.
Repaso las cosas que fueron diciendo… Han dicho que producir común puede ayudar a estar con el diferente, que si no uno se queda en su covacha y no aprende a estar con otres. También a aprender a convivir cuando empieza todo, cuando empieza la educación; también sirve para conseguir cosas, que no sé si es lo mismo que me contaron de la historia de recuperación del polideportivo, pero bueno, también para llevar a proponer un proyecto de ampliación edilicia; también para abordar la complejidad de un paciente. Y yo creo que cuando hay común hay más posibilidades de encontrarle sentido a las cosas que uno hace, el sentido es una necesidad vital, no es prescindible. Creo que el médico que dice “este está a punto”, como un pollo al horno, va padeciendo sin saberlo una falta de sentido en lo que hace o una falta de acompañamiento en lo que diagnostica, o en lo que trata, que tiene un costo incluso físico a la larga. Digamos, para mí lo común tiene muchas ventajas y para trabajar este tema es que vine porque el mundo en general nos lleva a que se desarme lo común, a pensar que es prescindible porque la verdad es que uno no sabe mucho qué puede salir de los demás, entonces lo que lo común nos proporciona no entra en el cálculo mercantil. “¿Qué conveniencia tiene ir a juntarme con otres?” y… no sé, no lo puedo decir a priori, lo puedo decir cuando me junto y cuando salen cosas, después de juntarnos varias veces voy a decir “ah, está bueno”. Al mismo tiempo, en lo común circulan afectos, no solamente problemas que tienen los demás, compartir un problema también es compartir afecto.
-Si tiene todas esas virtudes, ¿por qué se impone lo otro?
Es una dinámica en la que estamos. Lo que más quería mostrarles hoy es que tenemos formas de ir más allá de esta dinámica.
Yo me quedaría con la pregunta de Daniela y de Carolina, por un lado, ¿para qué sirve lo común? / ¿para qué necesitamos del común? Y por otro lado, si lo común está bueno, ¿cómo lo fortalecemos?, ¿cómo lo articulamos con otros comunes? No sé, a mí se me ocurre…Cecilia me pasó un video de la historia del CeSAC, por ahí se puede hacer un video de los comunes de La Boca, no sé, o ir a hablar con el grupo de Catalinas para hacer una obra de teatro de eso. Los comunes necesitan relatarse a sí mismos como tales.
-Eso es cierto, mística.
-Nosotros tuvimos mucho tiempo una mística; yo lo digo porque yo vine a este centro de salud porque era el mejor. Cuando pude hacer el pase era como que había un relato entre nosotros…estaba la mística de que éramos el mejor centro de salud de todos…
-Y nos lo recontra creíamos y creo que en eso había una potencia, como que yo creo que tenemos que reconstruir esa de creérnosla de que somos mejores.
-Somos otres.
-Somos eso, un común local.
-(…) como que sufrió un montón, la pandemia primero que nos dividió en dos, como que hay algo para reconstruir de ese común. Digo, para empezar no nos vimos durante un montón de tiempo.
-(…) la pandemia como acontecimiento realmente nos restó esos espacios donde, para mí, circulaba la construcción de sentido. (…) Digo, todo eso se dio como muy conmocionado, ¿no? Y bueno, a mí me parece que sí se están recuperando un montón de esas cosas con unos que somos distintos a lo que éramos, estamos más grandes todos, estamos en momentos vitales diferentes a cuando empezamos…
-Entiendo y comparto, pero esto nostálgico que nosotros tenemos (…) tiene una cosa excluyente para el que no lo vivió como nosotros y no lo vivió con nosotros. O sea que de algún modo es eficaz hasta cierto punto porque hay gente que trabaja acá que no vivió eso y nunca nos vamos a encontrar. Nunca va a ser el común con los que vienen llegando…
-Pero yo me refiero a poder pensar cuáles son los mecanismos, los espacios, los circuitos, no sé, las herramientas que tenemos para construir ese común. No importa si cambia lo que vive el equipo…
Les digo una cosa que me salteé decir: que el común local se suele armar alrededor de una tarea o de un problema, de una pregunta común, no es como el común de la solidez que se armaba alrededor de una abstracción. Así que es necesario un espacio para el común, o unos espacios, y también, una tarea. No sé, es para pensar cómo seguir.
-Pensarlo de chiquito e ir agrandando es como que lo siento más posible…a mí me da sensación de abismo a veces esto de “¿cómo seguimos?”. Es todo un gran abismo pero por ahí esto de pensar en lo común, en buscar un problema, una tarea, digamos, es ir repensando y recontratando y volviendo a juntarnos y volviendo a discutir. Desde lo chico a lo más grande.
-Por ahí, algunos leímos lo que nos compartiste, Pablo, de los consorcios como ejemplo de los más allá y pensar más en eso o cómo sería esto de un más allá, ¿no? Que nos gustaría a nosotros particularmente que fuera un más allá también…
-Yo pienso que por ahí no es tanto en términos desiderativos sino también de reconocer e identificar dónde están esos más allá. Porque a mí me parece que hay muchos, en esto que digo de que volvimos a recuperar cosas del común, las volvimos a recuperar de otra manera pero hay de nuevo una circulación, un magmaque nos incluye a todos. Quizás de distinta manera, con distintas apuestas, con gente nueva, con gente que ya no está, pero me parece que hay muchas tareas que nuclean, que aglutinan gente, deseos, sentidos con los que se construye; hay que volver a eso, pero están: hay proyectos nuevos, hay espacios nuevos, hay agrupaciones. Digo, todo eso para mí es como súper vital, me parece que está buenísimo.
Está re bueno partir de lo que hay y no de lo que debería haber, lo que tenemos y no lo que se supone que nos sacaron.
-Sí, pienso en que vamos construyendo porque seguimos apostando a construir en cada lugarcito, en cada cosa, y me parece que ahí late algo de ese intento de más allá o late algo del sentido del trabajo para nosotros. Porque la verdad no es que todos permanecemos acá porque somos empleados municipales y tenemos este trabajo. Digo, permanecemos acá porque nos parece que está bueno.
-Hay de todo.
Pero tampoco pensemos que porque haya común y sentidos compartidos la experiencia va a ser homogénea para todes.
-Bueno, vamos redondeando, hay gente que está esperando para entrar.
-¡Gracias a vos Pablo! (Aplausos)