Lo que Potestad muestra, y que no decíamos antes, es que la apropiación de niños no era solo poner lazos familiares aceptados allí donde había padres inaceptables para una sociedad occidental y cristiana. Potestad muestra que imponer filiaciones artificiales allí donde habría habido filiaciones censurables también descuajeringa los lazos sociales. El efecto ‘constructivo’ de la adopción forzada de bebés también destruye.
Potestad nos muestra lo siguiente: un padre puede ser castrador, pero no puede ser raptor. Si es castrador, el sistema familiar queda instituido. Pero si es raptor, la familia queda desmadrada. Potestad muestra la dilución de la potestad en la prepotencia del poder, una prepotencia que puede imponer padres artificiales pero no puede instituir familia y sociedad a su alrededor.
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